miércoles, 13 de febrero de 2008
AHORA
Creo que me estoy haciendo mayor. Mayor en el buen sentido, en el que se refiere a la experiencia y la conciencia propia, más allá del bien, del mal y del qué, conciencia del porqué. Todavía me queda mucho, me queda toda la vida, pero empiezo a sentir los primeros síntomas que me lanzan a la cara la cruda realidad, el hecho vital de que voy dejando atrás una etapa, una dulce etapa, pero que ahora que voy cruzando el límite me hace dudar que todo tiempo pasado fue mejor, aunque lo recuerde con nostalgia.
Siento que me hago mayor porque a pesar de haber vivido más me siento con menos autoridad para afirmar “es así”… hay un velo de relatividad que lo cubre todo, o quizás sólo cubra mis ojos, pero que ha cambiado mi forma de ver y de pensar. El tiempo se ha vuelto tan relativo como el valor de las cosas; pocas cosas resultan tan vitales como hace unos años, e incluso conceptos como libertad o pasión que entonces me hubiera tatuado a fuego, ahora tienen otro sabor menos dramático. La fuerza como virtud ha cambiado su significado en mi diccionario particular. La lucha ya no es lucha sino vida y han cambiado los motivos. Y voy aprendiendo a quererme y comprenderme, a mirar despacio hacia dentro y hacia atrás con una mirada más benévola y diáfana y entiendo muchas de las cosas que he hecho “mal”. No busco explicaciones causales a mis actos no siempre admirables, pero voy aprendiendo a perdonarme y a aceptar que no era y no soy perfecta.
Ahora me gustan más las historias que no juzgan tanto y cuentan más desde la indiferencia, con cierto tono de sorpresa e ironía, como saliendo de las tripas más que del corazón. Me gustan más las historias que te hacen imaginar más y experimentar que las que te hacen razonar y analizar… Historias que no llevan más mensaje que una historia que se pierde si no se cuenta, como una fotografía del día a día de don nadie. Me estoy volviendo perezosa y quizás sea el único síntoma que no me gusta. No es una pereza de vagancia, no, esa a Dios gracia no me toca, pero si es una pereza comodona que me hace tomar un papel más pasivo en el mundo, una posición menos egocéntrica y más egoísta, mucho más egoísta. Tan egoísta que no pretendo enseñarte nada, no pretendo convencerte de nada, sólo sentir tu compañía mientras lees esto.
Anda, dame un beso antes de salir, que está muy feo irse sin despedirse aunque sea con un hasta luego.
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5 comentarios:
ESO QUE TE PASA ES ALGO QUE EN PARTE COMPARTO CONTIGO, LA EDAD NO PERDONA AMIGA PERO DE ALGO TENDRÁN QUE SERVIR LAS HERIDAS DEL PASADO NO?
ISITA, BIENVENIDA AL CLUB DE LOS QUE NOS DESNUDAMOS CON LAS PALABRAS. HAY MUCHO AHÍ DENTRO QUE TIENES QUE SACAR. UN BESOTE
No te doblegues sigue soñando.
Los sueños son los reales
Menos mal que los sueños son la realidad porque he soñado que no habia infierno, solo cielo y purgatorio... Sigamos soñando!
Lo primero,foto por foto.
Yo creo que si hay infierno estamos en el es un infierno precioso y magico lleno de belleza e ignorancia, lo del purgatorio se lo dejo a la Santa Madre Iglesia que sabe mucho de eso.El cielo tiene estar en algun sitio,como decian en no se donde,"tanta gente cree que existe que no podemos estar equivocados" en este caso el "vicente" tiene razon.
Fuera de bromas creo que estamos aqui para algo mas, y creo que es para evolucionar espiritualmente aunque nos empeñemos en matarnos y pegarnos de palos,que en si es un apredizaje a base de sufrimiento y mas sufrimiento pero bueno que le vamos hacer ya nos aburriremos algun dia.
Bueno,Leelo sigue soñando, los sueños y los pensamientos son el principio de los sentimientos y estos de las acciones, por eso sueña con algo, pon tu ser en ello y se hara realidad.
¡Qué verdad más grande!
Y ¡qué bien dicha!
Yo me siento como si toda esta vida, todos estos 35 años, hubiera estado subiendo, paso a paso, una colina. Cuando llegas a la cima, las vistas son majestuosas. Uno observa maravillado, descansa y se siente en paz.
Pero... ejem... se acabó el subir.
Es eso, ¿verdad?
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